jueves, 26 de abril de 2012

Dolor emocional: el dolor que “No se ve” pero si se siente

Dolor emocional: el dolor que “No se ve” pero si se siente

Por Rebeca Cháves A. Psicóloga



Dolor, es una palabra pequeña pero con numerosos significados. El dolor está dentro de la experiencia displacentera que puede vivir una persona, porque deja una huella que la acompañan en ocasiones durante toda su vida. Sin embargo en éste caso partiremos de la definición de dolor de la IASP (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor) la cual lo define como: “Una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con una lesión presente o potencial o descrita en términos de la misma”.
¿Pero qué sucede cuando esa lesión no es visible?, ¿Qué pasa cuando esa lesión está arraigada en lo más profundo del alma y no se puede describir? No se puede rotular con el nombre de alguna enfermedad con la que un tratamiento “X” resultaría efectivo, ¿Qué sucede cuando es un dolor más allá que el físico, qué sucede si es eso que en algún momento todos hemos experimentado eso llamado dolor emocional? Generalmente antecede a los malestares físicos cuando una persona no expresa sus sentimientos, no busca la forma de salir adelante o evade las situaciones. El cuerpo tiende a manifestarse de distintas formas ya sean enfermedades o malestares psíquicos que no le permiten tener una calidad de vida placentera, la vida comienza a complicarse cada vez más porque no nos sentimos a gusto con nosotros mismos ni con las situaciones.
Hay que partir del hecho de que en ésta vida hay pocas cosas a las que estamos obligados. Una de ellas es a ser felices, no solo es un derecho si no una obligación, pero el ser felices se complica cuando en nuestro interior existe el dolor emocional, porque éste no nos permitirá mirar la vida de forma positiva. Si bien es cierto nuestros pensamientos determinan nuestro éxito o nuestro fracaso por lo tanto, es necesario sanar las heridas del alma para poder llenar nuestro interior de positivismo y deseos de superación, de lo contrario se convertirán en tu mayor enemigo. Nadie puede dar lo que no tiene, y si no estás bien contigo mismo, no podrás estar bien, amar, cuidar ni aconsejar a otros.
Cuando en nuestras vidas, nos acostumbramos al dolor emocional, ese sufrimiento se convierte no solo en un sufrimiento temporal. Es importante no dejar que el dolor emocional controle nuestra vida, eso podría llevarnos al daño emocional.
Una de las funciones del dolor emocional es la de prevenir el daño emocional, que conocemos popularmente como trauma psicológico, por lo tanto en nuestras manos está la decisión de que tanto “voy a permitir” que me afecte tal o cual circunstancia, y qué tanto peso voy a darle en mi vida a determinada situación. Cuando pensamos que todo está perdido y no existe salida, por lo que repetimos y repetimos lo que nos hace sufrir, aceptamos lo que no debemos escuchar de otros, como palabras destructivas y discriminatorias. Es importante recordar que ninguna persona posee el derecho de hacerte sentir menos especial o valioso.
Todos los seres humanos independientemente de su etnia, cultura, sexo, fisiología merecemos ser tratados con respeto, por lo tanto no debemos permitir abusos de ningún tipo, nuestros pensamientos determinan nuestro éxito o nuestro fracaso.
Recomendaciones para superar el dolor emocional:
La meta es transformar nuestro sufrimiento en autoconocimiento, esto quiere decir que al conocernos y ser sinceros con nosotros mismos saldremos adelante de manera más efectiva. Sin embargo es normal que en ocasiones podamos sentir nostalgia al dejar ése dolor, pero en nuestra vida habrá muchas otras situaciones que nos podrían causar dolor. La diferencia es poder sobrellevarlas mejor, no tengas miedo, deja ese sufrimiento atrás y date la oportunidad de acostumbrarte a ser feliz.
La necesidad de abandonar un patrón de sufrimiento, puede ser tan difícil como aprender a adaptarnos. La idea de la muerte de un ser querido y el proceso de recuperación de nuestro dolor puede ayudarnos a vivir plenamente, apreciar la vida, las personas y cada situación como una dádiva insustituible.
Un método muy eficaz es el de mantener contacto con la naturaleza, Sogyal Rinpoche (escritor y maestro del budismo) sugiere que contemplar una cascada, dejando que las lágrimas y el dolor salgan y lo purifiquen como el agua que fluye, puede ser un antídoto espiritual y efectivo para poder sobrellevar el dolor emocional, el realizar deportes, buscar actividades al aire libre o bien escuchar el canto de las aves.
Una de las recomendaciones claves es el poder experimentar conscientemente nuestro dolor, porque en ése momento, tú estarás listo para liberarte de él, sé sincero contigo mismo, recuerda que es tu obligación ¡ser feliz!, empieza ahora mismo.

4 comentarios:

Estefanía dijo...

Estoy de acuerdo, y todo me parece muy interesante. Creo importante destacar que salir de la espiral del dolor emocional pasa por la aceptación de lo que acontece, lo podamos comprender o no. Estamos acostumbrados a buscar explicaciones y encontrar la causa de todo, pero en la vida hay veces en las que simplemente éstas no existen. Y aceptar lo que nos causa dolor emocional sin permitir a la mente entretenerse y enrolarse en círculos viciosos es fundamental. Además, la aceptación nos permite soltar eso que nos hizo daño y dar un paso adelante en el propio bienestar, y ésto tiene que ver también con la autocompasión.

R3B3 dijo...

es cierto amiga un saludo!

Daniel dijo...

Me siento muy complacido de haber encontrado este blog, y de haber leído ésta entrada. El ser humano, cada uno de nosotros, debe asumir una posición de mayor participación en nuestro dolor, me encantó que dijeras "qué tanto voy a permitir que me afecte tal o cual circunstancia", porque a pesar de que a veces las circunstancias sean muy difíciles, nosotros somos capaces de ponerles un límite. Mi bienestar no es negociable. Un saludo, Daniel.

R3B3 dijo...

Así es Daniel, y me alegra que te agrade el blog, saludos cordiales!

Bienvenid@s!!

Bienvenid@s!!

“La labor del Psicólogo(a) va más allá de la formulación de una impresión diagnóstica”

Los tiempos cambian, y de cada uno de nosotros como profesionales depende si también nos renovamos continuamente, para mejorar y entregar nuestro servicio a la labor del alma, del espíritu, a la enfermedad que no se ve al padecimiento que se carcome los huesos sin expresarse en un osteosarcoma o una fractura, pero que sin embargo no deja vivir plenamente a cada ser que confía su vida a merced de un extraño...nosotros....es necesario recordar, que no nos formamos para arrojar diagnósticos, sino para generar una mejoría significativa en la calidad de vida de las personas, sin etiquetarlas y marcarlas con un sello patológico, es una oportunidad de crecimiento postergada cada vez que realizamos una labor tan catastrófica como ésa, por lo tanto es necesario crecer cada día mas, conocer, prepararnos, actualizarnos, debe ser parte de la sed que nos “seque la boca”, que nos provoca apasionarnos en lo que hacemos, pero sobretodo, que nos muestra que trabajamos para el servicio de otros, no trabajamos con “otro más” como si fuera una estadística más o un experimento.

Rebeca Chaves A.



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